El presidente Alberto Fernández sostuvo que “después de la pandemia” de coronavirus se necesita mayor “cooperación sanitaria” entre los países de las Américas y pidió “redoblar los esfuerzos para garantizar la salud sexual y reproductiva, así como un abordaje integral de la salud mental y consumos problemáticos”.
El jefe de Estado participó de manera virtual en la ceremonia de apertura de la trigésima Conferencia Sanitaria Panamericana, la primera que reunirá a las máximas autoridades en materia sanitaria durante una semana en la ciudad estadounidense de Washington.
Ante ese foro, el Presidente argentino se refirió por primera vez a la pandemia como algo que comienza a ser dejado atrás, pero que al menos dejó dos lecciones: “La primera es la importancia de priorizar la salud y la segunda es que, de las crisis, como de las emergencias, nadie se salva solo”.
Fernández señaló que la región de las Américas es “una de las más activas en materia de cooperación y particularmente activa en cooperación sanitaria”, aunque ese legado se vio “amenazado” durante la pandemia, un hecho que “dificultó avanzar en respuestas regionales conjuntas”.
El Presidente dijo que, al mismo tiempo, la recuperación pospandémica presenta “nuevas posibilidades de colaboración”, pero señaló con especial preocupación a las problemáticas asociadas a la salud mental y a la salud sexual.
“La mortalidad materna en nuestra región es inadmisiblemente alta. Debemos redoblar los esfuerzos para garantizar la salud sexual y reproductiva, así como un abordaje integral de la salud mental y consumos problemáticos”, pidió en su mensaje a los ministros de Salud de los países que integran la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Respecto al primero de esos ejes, comentó que la Argentina está implementado “una política estratégica de atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia, fortaleciendo las acciones para la erradicación de violencia por motivos de género, y las políticas que aseguran el pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos”.
“En materia de salud mental, hemos lanzado en 2021 un Plan Nacional, con el fin de transformar el sistema de atención de salud mental hacia un sistema de base comunitaria, integrado en el primer nivel de atención y que asegura la inclusión social de las personas con padecimiento mental”, señaló respecto de la segunda de esas problemáticas.
En ese sentido, alentó a que “las organizaciones internacionales y regionales hagan eco de estos desafíos poniéndolos en el centro de la agenda de la cooperación sanitaria internacional”, y concluyó con la advertencia de que la pandemia representa “una oportunidad única” de fortalecer el panamericanismo y “repensar sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles y un sistema de salud solidario que garantice el acceso con equidad y calidad”.
La OPS decidirá en los próximos días a su próximo titular, en una elección parcialmente influenciada por la política regional, pese al carácter técnico y científico de la oficina que en los últimos años tuvo una gran visibilidad mediática por su rol contra la pandemia de Covid-19.
Desde este lunes y hasta el 30 de septiembre se realiza en la sede central del organismo la conferencia en la que se debatirán aspectos sobre salud mental y vigilancia genómica, además de elegir al nuevo director del organismo.
El miércoles 28 se designará formalmente al director que asumirá el cargo el 1 de febrero de 2023 con un mandato de cinco años y que no podrá ser reelegido más de una vez.
Los 35 países de las Américas, en su rol de Estados miembros, y los tres Estados participantes del organismo (Francia, Reino Unido y Países Bajos), tienen derecho a participar de la votación secreta que por mayoría elegirá al sucesor de la dominiquesa Carissa Etienne al frente de la OPS desde 2013.
Los candidatos son cinco: el panameño Camilo Alleyne, el brasileño Jarbas Barbosa Da Silva, la haitiana Florence Duperval Guillaume, la mexicana Nadine Flora Gasman Zylbermann y el uruguayo Daniel Salinas.