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¿Te vienes esta noche a una velada de boxeo en la plaza de toros? No, no te extrañes. De boxeo he dicho. Probablemente este propuesta te resulte extraña, pero antiguamente en Córdoba no chirríaba. ¿Me estás diciendo que había combates en la plaza de toros? Exacto. La juventud cordobesa disfrutaba viendo a dos tipos dándose puñetazos. Y la gente apostaba incluso.
Si nos ponemos a imaginar a los cordobeses en los años 40, pocos -por no decir ninguno- pensaríamos en un cara a cara en el coso. Pero Córdoba, donde predominaba la afición al toreo, se entretenía con veladas que tenían como escenario la plaza de toros que se ubicaba, por entonces, entre la actual Ronda de los Tejares y la avenida Gran Capitán.
Cuando el fútbol no convencía del todo…
Los festejos taurinos solían celebrarse por temporadas, cuando llegaba el buen tiempo a la ciudad y la época de las ferias. Entretanto, el coso de los Tejares se prestaba a otros usos como las proyecciones de cine. Hoy podemos asistir a conciertos, pero antes los cordobeses acudían a combates, una afición que, actualmente, se ha perdido por completo en la capital.
Todo eso sucedió antes de que el deporte rey experimentase un boom en la ciudad. Hay un antes y un después de la popularización del fútbol y las aficiones de los cordobeses son prueba de ello. Así lo recoge el artículo Cómo hemos cambiado: Las diversiones de los cordobeses en los años 40, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a raiz del análisis del Libro registro de altas de la Matrícula Industrial (1944–1948) de la delegación provincial de Hacienda. Un texto del que ya se hizo eco este periódico.
Aun así, ya existía interés por ver a once jugadores pegar patadas al balón. En la ciudad había varios equipos que se enfrentaban ante los espectadores de la época. Pero bueno, mientras los toros llegaban a la ciudad, podemos imaginarnos a los cordobeses acudir a la plaza de toros para ver aquellas peleas que hoy nos suenan tan lejanas.
Domingos de lucha libre
Y no todo era boxeo. En 1952, una fotografía de Ladis nos muestra cómo Córdoba acogía combates de lucha libre. También en este caso la plaza de toros se convertía en un gran coliseo para los aficionados a estas artes. Cuenta Florencio Rodríguez, en el libro Córdoba: Paisajes de la memoria, editado por Diario CÓRDOBA, que los domingos de verano, a las 20.00 horas, por dos pesetas podía uno conseguir entrada para una de estas veladas.
La Corredera y otros rincones de la ciudad eran empapelados con carteles que anunciaban los enfrentamientos entre los púgiles. Entre los locales, destacaban los cordobeses Tamajón o Majuelos.
Una vez en el coso, debemos imaginar a un público ruidoso que no dudaba en celebrar o mostrar su disconformidad a cada golpe. El deporte de entonces nada tiene que ver con el actual. Por aquellas épocas, no eran de extrañar los golpes bajos y el juego sucio que convertían, aquellas tardes, a la plaza de toros en un caldero popular.
Sobre la extinta plaza de toros
Hemos situado aquella afición tan cordobesa de la que quizás muchos no supieran en un escenario que tal vez no suene a las nuevas generaciones de cordobeses. Es comprensible. El pasado mes de agosto se cumplieron 53 años de la demolición de la plaza de toros de Los Tejares, que dio paso al edificio en el que se ubicó Galerías Preciados y hoy alberga a El Corte Inglés. Pero, antes de eso, sirvió durante 119 años a las actividades mencionadas, especialmente a las corridas de toros. Una afición que, hoy en día, los cordobeses mantienen en el coso de los Califas. Eso sí, aquí sin esas veladas frecuentes.